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lunes, 1 de agosto de 2011

1 de agosto

Abro la ventana y todo sucede al revés, el aire que había en la habitación comienza a salir como el gas de una botella de cocacola. Mis respiraciones se acortan, se aprietan, se confunden. Desaparece la espiración: todo es inspiración (con la licencia de un poeta). Un silbido largo sube desde mi garganta, los músculos se me contraen, los ojos se me hinchan. Entonces de un golpe cierro la ventana y aprovecho la inercia para esconderme. Apago la luz. Imito a las gaviotas.

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